Soy la Westmalle Dubbel, la Dubbel Trapense original, nacida de un legado que comenzó en 1836, cuando los monjes de Westmalle elaboraban sus ya legendarios “sándwiches líquidos”.

En aquellos tiempos, el Prior Alexius tuvo una idea audaz: nutrir a sus hermanos cada mañana con un desayuno abundante... y dos copas de su oscura y reconfortante cerveza.
Pronto, ese gesto se convirtió en un ritual diario — y, con los años, en un arte perfeccionado.
Tras décadas de refinamiento, nací en 1926, portando el espíritu monástico de equilibrio, profundidad y fortaleza serena.

Mi cuerpo se derrama en un marrón rubí intenso, cubierto por una espuma cremosa y persistente.
En mi aroma descubrirás caramelo tibio, malta tostada y un sutil toque de banano maduro.
En boca, soy suave, redonda y compleja, con notas frutales, especias finas y un final seco y elegante que invita al siguiente sorbo.
Mi nombre, “Dubbel”, honra mis orígenes: el doble de ingredientes que la cerveza de mesa de los monjes, y el doble de satisfacción.

Aún elaborada dentro de los muros de la abadía y portando el sello de Auténtico Producto Trapense, sigo siendo el referente absoluto entre las Dubbels belgas — rica, profunda y creada para ser saboreada con calma.