Westmalle Trappist Tripel
9,5 % de alcohol por volumen
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Soy la Westmalle Tripel, la primera de mi especie, presentada en 1934 como un nuevo y audaz capítulo en la historia cervecera.
Guiados por la sabiduría del maestro cervecero Henri Vanderlinden, los monjes de Westmalle se atrevieron a desafiar la tradición, elaborando una ale dorada con tres veces más ingredientes de lo habitual.
Fue una idea revolucionaria que dio origen al término “Tripel” — y me otorgó el título de La Madre de Todas las Tripels.
Mi color es dorado y radiante, coronado por una espuma blanca y cremosa.
Mi aroma canta con notas de banano maduro, clavo y lúpulos florales — el resultado de una fermentación lenta y una maduración paciente en botella.
En boca, revelo un equilibrio elegante entre dulzor maltoso, amargor refinado y una calidez que perdura.
Algunos me llaman el Champagne de Bélgica, pero para quienes realmente me conocen, soy inconfundiblemente monástica.
Aún elaborada dentro de los muros de la abadía y portando el sello de Auténtico Producto Trapense, sigo siendo el estándar dorado: una cerveza que no solo perfeccionó un estilo, sino que lo creó.
No soy solo una Tripel. Soy un legado.
Lugar de nacimiento:
Malle, Antwerp, Belgium
Estilo:
Belgian Tripel
Porcentaje de alcohol:
9,5
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En 1794, diez monjes franceses decidieron construir una abadía entre Amberes y Turnhout, pero antes de que pudieran prosperar, estalló la Revolución Francesa. Los monjes tuvieron que huir, aunque finalmente regresaron en 1802.
Más tarde, en 1836, el abad Martinus Dom inició la construcción de una pequeña cervecería, que no elaboró cerveza para el público hasta 1856, cuando los monjes comenzaron a vender sus cervezas en las puertas de la abadía.
En 1930, Westmalle creó la primera Tripel belga, lo que consolidó su extraordinaria reputación.
Desde entonces, las cervezas de Westmalle se han hecho famosas por sus sabores complejos y equilibrados, y siguen siendo amadas en todo el mundo hasta el día de hoy.