Mi alma nace de una receta de 1679, transmitida a lo largo de generaciones y perfeccionada por la familia Bosteels.
Elaborada con un trío sagrado de cebada, trigo y avena, soy fruto de la paciencia, la pasión y la búsqueda constante de la perfección — no se me elabora en semanas, sino que me desarrollo lentamente durante casi dos meses.
Fui presentada al mundo en 1996, y desde entonces me he convertido en una de las cervezas belgas más celebradas, ganadora de premios y admiración en todo el mundo.

Al servirme en mi copa tipo tulipán, verás mi brillo dorado resplandecer bajo una espuma densa y cremosa.
Acércate y respira: vainilla, cítricos, levadura de banano y suaves especias te invitan a descubrir mi complejidad refinada.
Cada sorbo es suave pero vibrante, con toques de limón, maltas panosas y matices terrosos delicados, todo sobre una textura sedosa y elegante.
Mi final es limpio, seco y equilibrado, dejando un susurro de dulzura que invita al siguiente trago.

No busco llamar la atención.
No sigo tendencias.
Soy artesanía, tradición y excelencia destiladas en cada botella.
Desde mi copa hecha a mano hasta mis métodos centenarios, existo para honrar el pasado mientras elevo el estándar del futuro.
Soy casi perfección — y estoy orgullosa de ello.